Una de las ideas que más me ha servido en los últimos años es esta: las cosas casi siempre se pueden trabajar en paralelo.

No importa si estás en ventas, soporte, administración o ingeniería.

La mayoría de las tareas no tienen por qué ir una tras otra, paso por paso, como si fuera una receta exacta.

No estamos horneando un pastel. Estamos resolviendo problemas reales.


¿Y qué pasa si no lo hacemos?

Lo he visto mil veces.

Hay una tarea. Se intenta de una forma.

No funciona.

Entonces se intenta de otra.

Y luego otra.

Y para cuando encuentras el camino correcto... ya perdiste semanas.


Un ejemplo real

Supongamos que tienes un problema legal o administrativo.

Tienes que pedirle cierta información a una empresa para luego presentarla ante otra.

Y decides esperar la respuesta.

Pero, ¿por qué no empiezas a avanzar en paralelo con la segunda empresa?

¿Por qué no adelantas todo lo posible de los dos lados al mismo tiempo?

Quizás una vía falle, o se trabe, o cambien los requisitos.